sábado, 28 de julio de 2012

¿Qué es el centro político?

Desde la revolución francesa, en política se han utilizado los términos "izquierda" y "derecha" para designar la ubicación ideológica del individuo.  Estos términos han ido cambiando a lo largo de la historia, ya que a finales del siglo XIX, ser de izquierdas significaba ser anticapitalista, mientras que hoy en día el capitalismo es aceptado como sistema económico por la mayor parte de la izquierda. El término "derecha" también ha cambiado a lo largo de la historia, ya que al principio del uso de esta terminología, ser de derechas era apoyar el antiguo régimen. Siempre se ha utilizado esta división y no tiene pinta de que vaya a cambiar. Pero nos olvidamos del centro, esa posición intermedia entre derecha e izquierda, esa ubicación ideológica en donde se encuentran la mayoría de los ciudadanos. Por eso, los grandes partidos han intentado acercarse al centro. Pero, ¿qué es el centro? ¿Qué es estar en el centro? Intentaré explicarlo lo mejor posible:

Parece ser que el centro no tiene un significado tan claro como "derecha" o "izquierda", es un término un tanto difuso, de ahí que no tenga una definición tan consolidada como las otras dos ubicaciones ideológicas. A veces he escuchado decir que el centro no existe por sí mismo, es decir, que sólo existe gracias a la izquierda y a la derecha, que el centro es el punto medio entre la izquierda y la derecha y que se mueve en función de lo que hagan la izquierda y la derecha. Por supuesto que el centro es el punto medio entre la izquierda y la derecha, porque entonces no se llamaría centro, pero no siempre ha de estar entre las dos. En algunos asuntos políticos se puede alinear con la derecha o la izquierda, pero porque el centrista cree que eso es lo correcto, porque es su ideología. No siempre será un escenario en el que si la derecha dice A y la izquierda B, pues el centro dice un poquito de A y un poquito de B, seguramente dirá C, que es su ideología y que en muchos casos será el punto medio entre A y B, porque por eso se le llama centro. El centro no se mueve según lo hagan las otras ideologías, si la derecha o la izquierda se polarizan en alguna cuestión, el centro no ha de cambiar su forma de actuar, porque tiene sus propias ideas y tiene claro que es ser centrista. Dicho esto, veamos que es el centro político.

Me voy a permitir copiar una frase que Adolfo Suárez escribió en el prólogo del libro El espacio de centro de Jaime Rodríguez Arana Muñoz: "Lo que de verdad diferencia al centro de los demás espacios políticos es que no está aprisionado por un esquema ideológico cerrado y totalizador que le impida ver, en toda su complejidad, la realidad política. La solución de los problemas que se dan en la realidad hay que encontrarla en el análisis y en el estudio de los mismos, abierto a cuantas aportaciones puedan darse, y no adaptándola -creyendo adoptada, mejor dicho- como consecuencia de una ideología cerrada y presuntamente salvífica que, en muchas ocasiones no hace sino forzar la realidad del problema para hacerlo coincidir con la ideología". Esta es la verdadera esencia del centrismo. Desde el centro, a priori, no se excluye a nadie y está abierto a todas las aportaciones, vengan de donde vengan. Otra esencia del centrismo es buscar el consenso entre las demás fuerzas políticas, para así reducir los conflictos que puedan existir. Además, normalmente también suele ser reformista, sin cambios bruscos. La moderación y el equilibrio son otros de los valores del centrismo, ya que rechaza cualquier argumento radical para solucionar los problemas y que se cree que tienen la solución a todos los problemas; además, se han de hacer las políticas mirando a toda la sociedad, se ha de negar que la mejora de un grupo social haya de hacerse necesariamente a costa de otros grupos. El centrismo tiene más capacidad de adaptarse a nuevas situaciones sociales, ya que su ideología es más abierta que las otras.

La moderación, la búsqueda del consenso y el equilibrio entre los diversos sectores de la sociedad, serían los tres pilares fundamentales del centrismo. El centrista puede ir a comer con un sindicalista, y al día siguiente ir a cenar con un empresario. Si, eso lo puede hacer todo el mundo, pero para el centrista, ser sindicalista o un empresario no ha de tener connotaciones positivas ni negativas. Normalmente, la izquierda ve con buenos ojos a los sindicalistas y sus relaciones con los empresarios son tensas, mientras que para la derecha es al revés.

Otra de las características del centrismo es su baja conflictividad, ya que durante toda la historia, los conflictos siempre han venido por ideologías opuestas. El centro sirve para despolarizar la política y que haya diálogo entre las diferentes fuerzas políticas. Al no tener una ideología completamente definida, la izquierda y la derecha critican el centro como algo oportunista, pero eso es precisamente lo que les molesta del centro, que antes de las ideas, están las personas. Tampoco es cierto que el centro no tenga una ideología definida. El centro se identifica por tener ideas liberales y socio-liberales, también algunos sectores de la democracia cristiana y de la socialdemocracia se pueden  de centro, pero serían consideradas de centro-derecha y centro-izquierda respectivamente.

Para acabar, me gustaría definir resumidamente la definición de centro político:
El centro político es la posición intermedia entre izquierda y derecha. Se caracteriza por su moderación y su búsqueda del consenso entre todas las fuerzas políticas. Se identifica con la ideología del liberalismo y socio-liberalismo, pero lo primordial no son las ideas, sino las personas, y por lo tanto, en función del contexto y analizando los problemas, puede realizar políticas más conservadoras o más progresistas.

jueves, 3 de mayo de 2012

Francia y Europa: ¿hasta dónde puede llegar la extrema derecha?

La primera vuelta de las elecciones presidenciales en Francia han supuesto un punto de inflexión en Europa, muchos países europeos han mostrado su preocupación después de los resultados de éstas elecciones. No me refiero a la victoria de Hollande, el cambio entre izquierda y derecha en el poder es algo normal, unas veces gana la derecha, y otras veces la izquierda. Si la victoria de Hollande se confirma en la segunda vuelta, supondrá un cambio para Francia y Europa, nos puede gustar más, o menos, pero, seamos sinceros, los dos principales partidos de un país (normalmente uno de derechas y otro de izquierdas), no son un peligro para la democracia, ni para el sistema, ni para Europa. Es más, los dos países que históricamente han tenido un sistema bipartidista (Reino Unido y Estados Unidos), tienen una estabilidad democrática muy elevada. ¿Qué es lo que preocupa? Los partidos extremistas, ya sean de extrema izquierda o extrema derecha, normalmente, son antidemocráticos y antisistema. A estas dos cosas, se les une de que la mayoría de los partidos extremistas también son euroescépticos y creo que esta es la característica que preocupa a Europa.

En épocas de crisis, es inevitable que una parte del electorado se sienta tentado de votar a opciones extremistas. Es fácil decir que la culpa de la crisis la tiene el sistema, la inmigración o la Unión Europea. Que las crisis las forma el propio sistema económico y/o político está claro (suele tener más influencia el sistema económico). Normalmente, las crisis económicas se suelen resolver con una reforma del sistema, ya sea tomando medidas keynesianas o medidas neoliberales. Pero los partidos extremistas, alegando los problemas del sistema (que los hay), adoptan un discurso populista muy atractivo para el electorado, pero que, recordando lo sucedido en el siglo XX, puede ser fatal. Me estoy referiendo a la Alemania de principios de los años 30, donde una crisis brutal, hizo que el partido nazi aumentara tanto su poder, que Hitler consiguió el poder, y ya todos sabemos sus consecuencias. La otra alternativa era la URSS. La otra, era el estado de bienestar que estaba emergiendo. Ahora que ya sabemos la historia de cada una de las alternativas, ¡¡elijan ustedes!!

La pregunta que se hace uno es: si la extrema derecha alcanza el poder, ¿cómo se comportaría? Me cuesta imaginar de que acaben con el sistema democrático, la democracia está muy arraigada en la sociedad europea y la mayoría de países ya saben lo que es vivir en una dictadura, por lo tanto, se supone que la gente que vote a estos partidos, no piensa en que este partido acabe con la democracia (esto no se pensaba ni con el partido nazi de Hitler). En Holanda es donde la extrema derecha ha tenido más poder, ya que la coalición entre liberales de derechas y democristianos, tuvieron que buscar como socio a la extrema derecha, ésta rechazó los ajustes presupuestarios, obligando a que se celebren elecciones anticipadas. Pero la ola de la extrema derecha se extiende por toda Europa: en Austria, el Partido de la Libertad de Austria, fue la segunda fuerza más votada en las elecciones municipales de 2010; en Suiza, la Unión Democrática (partido entre la derecha y extrema derecha) es la primera fuerza política, aunque ha obtenido un porcentaje similar de votos desde 1999, por lo tanto, se podría decir que no es un peligro; en Finlandia, los Verdaderos Finlandeses han conseguido ser tercera fuerza; en Hungría, también consiguieron ser el tercer partido más votado; en Dinamarca y Suecia, la extrema derecha tiene más fuerza que nunca; la puntilla final de la extrema derecha se produjo en las elecciones presidenciales francesas, que merece un apartado especial.

El fenómeno Le Pen

Marine Le Pen ha conseguido el mejor resultado de la historia para la extrema derecha en Francia: el Frente Nacional consiguió el 17,90% de los votos, superando la marca de su padre, Jean-Marie Le Pen, que consiguió pasar a la segunda vuelta con el 16,86% de los votos en las elecciones presidenciales de 2002. El Frente Nacional ha conseguido ser tercera fuerza con un discurso xenófobo, ultranacionalista y antieuropeo, entre sus propuestas estarían la salida del euro de Francia para recuperar la soberanía nacional, de este modo, volverían a la libertad económica y dejarían la dictadura europea. Le Pen se ha convertido en la favorita de los jóvenes, porque según ella, es la candidata antisistema. También ha conseguido un gran apoyo por parte de obreros cualificados y mujeres con trabajo. En los años 90, la zona del mediterráneo era donde el Frente Nacional había obtenido más votos, esto puede explicarse debido a la importante población magrebí, ahora, recibe mucho apoyo en el nordeste del país. Además, Le Pen ha maquillado el discurso de su padre respecto a la inmigración, ya que ahora no pide la eliminación directa de las mezquitas, sino que no se rece en la calle y que el estado ha de distinguir entre religiones. Le Pen se ha convertido en una figura de libertad e igualdad para algunos franceses y ha conseguido que su condición femenina gane un voto casi desconocido por el Frente Nacional: el de las mujeres.
Le Pen ya ha dicho que votará en blanco en la segunda vuelta, por lo tanto, da libertad de voto a sus electores. Mientras tanto, los dos candidatos que pueden llegar a la presidencia, Hollande y Sarkozy, luchan por conseguir el voto de la extrema derecha, aunque se supone que Hollande, al tener el apoyo de la extrema izquierda y los verdes, con conseguir el voto centrista, ya le sería suficiente para ganar.

¿Tiene límite la extrema derecha?

Como ya he dicho antes, en momentos de crisis es más fácil que los extremos políticos consigan un mayor apoyo que no en situaciones estables, por lo tanto, la extrema derecha si que tendría un límite, ya que al finalizar la crisis, tendría que ver reducido su apoyo popular. El auge de la extrema derecha podría llegar en las legislativas francesas del mes que viene, aunque si la crisis no mejora, es probable que en las elecciones europeas de 2014 tenga un apoyo bastante superior al actual. Si ya en algunos países es la tercera fuerza, ¿qué hace pensar que no lo sea en las elecciones europeas? Por suerte, todavía quedan 2 años hasta estas elecciones y sólo hay una salida para que los extremos no avancen: salir de la crisis. Si esto no se consigue, habrá que confiar en que la extrema derecha no esté a la altura de las expectativas de sus votantes.

lunes, 2 de abril de 2012

El resultado de las elecciones en Andalucía y Asturias

"Por primera vez en la historia el Partido Popular gana las elecciones en Andalucía". Si hace unos meses dije que la victoria del PP en las generales se podía considerar una victoria falsa (si bien también dije que su modelo era el más efectivo), este titular, aunque lo que dice en esencia es cierto, le faltaría decir que es la victoria más amarga que ha tenido nunca el Partido Popular. Mucha gente podría preguntarse como puede ser que una victoria histórica se pueda considerar como una semi-derrota. La  respuesta es fácil: "es que todas las encuestas (o casi todas) nos daban una victoria por mayoría absoluta". El objetivo del PP era conseguir la mayoría absoluta, es decir, al menos 55 escaños. Viendo los resultados finales, todos podemos deducir que se han quedado lejos de su objetivo:

PP: 50 escaños
PSOE: 47 escaños
IULV-CA: 12 escaños

¿Por qué no se ha conseguido la mayoría absoluta? Intentaré explicarlo:
En primer lugar, hay que saber que las encuestas son encuestas, y que éstas no deciden nada. Esto ya lo advertían los dirigentes populares, pero viendo que alrededor de las ocho de la tarde ya daban a Javier Arenas como ganador y con mayoría absoluta, demuestra que confiaron demasiado en las encuestas. La interpretación de las encuestas quizás no ha sido la correcta. Si uno mira la encuesta preelectoral del CIS, podemos ver que la gente no estaba tan descontenta con la gestión de Griñán: un 34,6% la calificaba como regular, mientras que el 16,6% la calificaba como buena. si bien un 22,6% la calificaba como mala, vemos que en general, no estaban tan descontentos. El dato en el que seguramente se ha fijado el PP, es que el 46,8% desaprueba la actuación de Griñán en el gobierno, pero hay que fijarse en que, si bien está opción es la mayoritaria, no llega al 50%. El dato que quizás han pasado por alto es que un 29,3% dijo que votaría al PSOE, mientras que un 25,3% votaría al PP y el 33,6% deseaba que el PSOE ganara las elecciones, mientras un 28,3% deseaba la victoria del PP. Todos estos datos pasarían por alto al descubrir que el 52,3% deseaba un cambio de gobierno, pero esto no quiere decir que el 52,3% quiera un gobierno del PP, en ese 52,3% también se tiene que contar con la gente que era partidaria de Izquierda Unida o de cualquier otro partido. Al final, el CIS le otorgaba al PP entre 54-55 escaños, mientras que al PSOE le daban entre 44-46 escaños.

Tras analizar todas las encuestas, el PP hizo una campaña de baja intensidad, igual que en las generales. Este fue el segundo error que cometió, ya que, si bien en las generales si que les sirvió esta táctica, en estas elecciones surgió el efecto contrario. El no asistir al debate electoral en Canal Sur seguramente les haya pasado factura. Tampoco se puede utilizar la táctica de machacar siempre al rival, cuando tu partido en el gobierno central está empezando a hacer recortes, con lo cual el partido rival puede utilizar la estrategia de decir que cuando el PP llegue al gobierno autonómico también empezará a recortar (y esta vez tenían hechos para demostrarlo).

¿Era Javier Arenas el candidato idóneo para estas elecciones? A estas alturas, todos sabemos que no.  Era la cuarta vez que se presentaba a unos comicios andaluces. Según el CIS, Javier Arenas tenía una puntuación media de 4,23, mientras que Griñán obtenía una puntuación de 4,54. Quizás Arenas ha pecado un poco de prepotencia; como ya he dicho antes, cuando hay un debate electoral, hacer acto de presencia es imprescindible. ¿Cómo está el futuro de Javier Arenas? Pues bastante negro, ya que seguramente no volverá a ser candidato y sólo cuenta con el apoyo de Rajoy.

¿La participación ha influido en el resultado final? La abstención se ha situado en un 37,77%, diez puntos más que en las anteriores elecciones. Pero el dato de la participación hay que estudiarlo más a fondo: hay que tener en cuenta que las anteriores elecciones, las autonómicas coincidieron con las generales, por lo tanto, mucha más gente iba a votar. Además, la mayoría de las elecciones andaluzas han coincido con otras elecciones, normalmente ha coincido con las generales. Solamente en dos ocasiones las elecciones andaluzas no han coincidido con las generales: en 1990 y en 1994. En las de 1994 también coincidieron con las europeas, de modo que las únicas elecciones andaluzas que no han coincidido con otros comicios, han sido las elecciones de 1990, donde la participación fue del 55,32%, mientras que la participación de estas pasadas elecciones ha sido del 62,23%, casi 7 puntos más. Si es cierto que la participación ha bajado 10 puntos respecto a las de 2008, pero contando que estas han sido las segundas elecciones que no coinciden con otras, podemos decir que la participación es buena , ya que supera en 7 puntos a las de 1990.

El PP no pudo capturar a los electores que estaban descontentos con el PSOE, ya que en las grandes ciudades, donde se esperaba que el PP conseguiría más votos, muchos optaron por no ir a votar, mientras que en las ciudades más pequeñas, el PSOE ha conseguido mantener parte de su electorado. Seguramente los recortes de Rajoy han hecho que muchos ciudadanos no acudieran a votar. Por lo tanto, éste ha sido el voto que le ha faltado al Partido Popular para conseguir la mayoría absoluta.

Si bien el Partido Popular ha perdido votos (400.000 respecto a las generales y 200.000 respecto a las anteriores elecciones andaluzas), el porcentaje que ha conseguido respecto al total de los votos, es mejor que en las anteriores autonómicas, ya que en las elecciones de 2008 consiguió el 38,63% de los votos, mientras que ahora consiguió un 40,66%. La pérdida de votos es normal cuando la participación baja, ya que también ha afectado al PSOE, pero la sorpresa fue IU, que consiguió aumentar en más de 100.000 votos, lo que nos dice que gran parte del electorado del PSOE, en estas elecciones decidió votar a IU.

Dejando el análisis electoral a un lado, podemos ver que la corrupción sigue sin pasar factura. Parece ser que el electorado no le da mucha importancia a la corrupción (se ha visto en Valencia y se ha visto ahora otra vez). El increíble paro (31%) ha perjudicado al PSOE, pero los recortes también han perjudicado al PP, por lo tanto, la balanza estaba equilibrada, mientras que IU, que no es responsable ni de una cosa ni de la otra, se ha visto enormemente beneficiada. También se ha visto que en esta comunidad, la izquierda tiene más fuerza que la derecha, porque si la derecha no ha conseguido la mayoría de los escaños ahora, donde se daban las circunstancias idóneas para hacerlo, será difícil que algún día consiga la mayoría absoluta.

En definitiva, los errores del PP fueron no interpretar bien las encuestas; en hacer una campaña de baja intensidad, no acudiendo al debate electoral;  en no movilizar a su electorado, cuando se ha visto que la derecha se moviliza más fácilmente que la izquierda; y que Javier Arenas no contaba con la aprobación de muchos ciudadanos. Le ha perjudicado los recortes por parte de Rajoy y la baja participación en las grandes ciudades, hecho insólito, ya que la baja participación siempre ha perjudicado a la izquierda. Los grandes lastres del PSOE, que han sido el paro y la corrupción, los han podido contrarrestar de alguna manera con los ajustes por parte del gobierno central. Por su parte, IU es el partido que más ha crecido y en sus manos está si el PP puede llegar a gobernar por primera vez Andalucía.

Las elecciones en Asturias

"UPyD se convierte en la llave de gobierno". Con este titular parece mentira que un partido que solamente ha conseguido un escaño sea decisivo en la formación de gobierno. Los resultados han sido los siguientes:

PSOE: 17 escaños
FAC: 12 escaños
PP: 10 escaños
IU: 5 escaños
UPyD: 1 escaño

En un principio, el FAC había obtenido 13 escaños y el PSOE 16, pero tras el recuento del voto de los emigrantes, el FAC bajó a 12 escaños y el PSOE subió a 17. Con los resultados iniciales, FAC y PP tenían mayoría absoluta (23 escaños), con lo cual hubieran podido pactar los dos sin necesidad de contar con UPyD, y aunque el entendimiento ya hubiera sido difícil (recordemos que Álvarez Cascos se fue del PP), ahora la tarea es mucho más difícil, ya que han de contar con el apoyo de UPyD. Por parte del PSOE, ha de contar con el apoyo de IU y de UPyD para poder gobernar. Como vemos, ganar las elecciones no significa gobernar automáticamente.

La participación en este caso ha sido muy baja (55,92%), ya que en las anteriores elecciones fue del 66,89%. Esto puede deberse a que sólo han pasado 10 meses entre unas elecciones y otras, y el ciudadano, por decirlo de una manera directa, "ha pasado" de ir a votar. Cascos pecó de prepotencia y las urnas le han "castigado". No consiguió pactar los presupuestos y se vió obligado a convocar elecciones, unas elecciones que le han hecho perder casi 55.000 votos. PSOE y PP han conseguido más o menos los resultados que esperaban, aunque también han perdido votos a causa de la baja participación. Para acabar, IU y UPyD pueden estar más que contentos, ya que aunque la participación haya bajado, han conseguido aumentar su número de votos.

martes, 7 de febrero de 2012

¿Quién era Manuel Fraga?

Manuel Fraga nos dejó el pasado 15 de enero de 2012,  uno de los políticos más importantes de este país, ya que estuvo 60 años metido en política. Antes de empezar, si el lector no tiene ganas de leer todo mi artículo, tiene al final de éste, un vídeo explicativo sobre la vida de Manuel Fraga. Es difícil resumir la vida de este político en un solo artículo, pero lo intentaré. Empecemos:

Manuel Fraga Iribarne nació en Villalba (Lugo) en 1922. No voy a contar la infancia y la juventud de Fraga, así que voy a ir a lo que de verdad nos interesa. Su actividad política empezó en 1951, siendo designado como secretario general del Instituto de Cultura Hispánica y en 1957 es nombrado delegado nacional de Asociaciones de la secretaría del Movimiento. Pero su primer cargo importante llegó en 1962, cuando fue nombrado Ministro de Información y Turismo durante la dictadura franquista. A partir de ese momento, empezó su verdadera carrera política. En 1973 fue embajador de España en Londres y volvió para ser Ministro de Gobernación durante el gobierno de Arias Navarro (1975-1976). Fundador de Alianza Popular y uno de los padres de la Constitución, fue el jefe de la oposición entre 1982-1986 y eurodiputado en 1987. Entre 1990 y 2005 fue presidente de Galicia, para retirarse finalmente en el Senado en el año 2011.
Hasta aquí la carta de presentación de Manuel Fraga. Empecemos con el artículo:

A Manuel Fraga le apasionaba la política, y él deseaba siempre estar en primera línea, y lo consiguió siguiendo ministro de Información y Turismo entre 1962 y 1969 durante la dictadura franquista. Manuel Fraga daba un aire aperturista al régimen, que se confirmó con la Ley de Prensa de 1966, donde se eliminaba la censura previa, aunque esta ley también tenía sus límites. Durante este tiempo, tuvo lugar la muerte de Julián Grimau en 1963, un comunista que se le acusaba de cometer crímenes durante la guerra civil en una "checa" de Barcelona. Fraga fue el que se encargó públicamente de justificar su muerte, sobretodo a los medios internacionales. A parte de esto, también se le implica con la muerte de Enrique Ruano, un estudiante antifranquista muerto en 1969. Estos dos casos mancharían la gran carrera política de Manuel Fraga.

En ese mismo año, tuvo un enfrentamiento con los tecnócratas del Opus Dei del gobierno y fue cesado de su puesto (no voy a decir lo de su foto en Palomares porque eso ya lo sabe todo el mundo). En 1973 fue nombrado embajador de España en Londres, donde ya estaba preparando la transición que vendría después de la muerte de Franco. Parece sorprendente, pero a Fraga se le echó del gobierno por ser demasiado progresista (lo que se entendía por progresista dentro del régimen). Allí en Londres conoció como funcionaba el sistema inglés y creyó que ese sistema era el mejor para España, obviamente, él dirigiría el partido conservador. Es decir, monarquía parlamentaria y bipartidismo liderando el partido conservador. Esto es lo que quería Fraga, y a esto lo llamó su teoría de centro. Sin embargo, este modelo excluía a comunistas y nacionalistas, con lo cual, la teoría de centro caía por su propio peso. Mientras tanto, en 1974 funda un club político llamado GODSA (Gabinete de Orientación y Documentación S.A.), donde se crearían asociaciones políticas, con el fin de reformar el régimen y llegar a la democracia. Con la muerte de Franco, fue nombrado vicepresidente y Ministro de Gobernación, pasando a formar parte del gobierno de Arias Navarro (1975-1976).  Durante este tiempo se reuniría con dirigentes de la oposición como Felipe González y permitió la celebración del XXX Congreso Confederal de la UGT, sindicato que todavía era ilegal, junto a ello, apoyó una pequeña pero limitada amnistía. Todos estos hechos parecían hacer ver que Fraga iba por el buen camino y que estaba capacitado para liderar la transición, ya que Arias Navarro no estaba por la labor de reformar el régimen. Sin embargo, los sucesos de Vitoria (y también los de Montejurra), donde 5 obreros fueron asesinados por la policía, junto a la famosa frase "La calle es mía" que él siempre decía que esas palabras nunca habían salido de su boca, debilitaron la imagen reformista de Fraga. Cuando el Rey cesó a Arias Navarro de la presidencia del Gobierno, Fraga era uno de los nombres con más papeletas para dirigir la transición, pero para sorpresa de todos, el Rey eligió a Adolfo Suárez, un joven político desconocido por muchos que era el secretario general del Movimiento. De este modo, Fraga no pudo realizar su sueño de dirigir la transición.

Después de esto, funda Alianza Popular con otros ex-ministros franquistas. Él decía que quería crear un partido de centro-derecha, pero juntándose con personalidades muy próximas al franquismo lo tenía difícil. Él lo que quería era convertir a los antiguos franquistas en demócratas, cosa que consiguió con algunos, pero no con otros. En las elecciones de 1977, Fraga vió como 'su' centro le fue robado por UCD, partido que consiguió el respaldo de la mayoría de la población española, mientras que Alianza Popular quedaba por detrás de los comunistas. Esto a Fraga le hizo pensar que, o daba un giro hacia al centro, o electoralmente estaba muerto. Esta actitud se mostró en la ponencia de la Constitución de 1978, donde él fue uno de los redactores. Si bien el título que hablaba sobre las autonomías al principio no estaba muy de acuerdo, pero fue capaz de autoconvencerse de que eso era lo mejor para España y votó a favor de la Constitución, cosa que no hicieron algunos de sus compañeros de Alianza Popular. En ese mismo año, presentó a Santiago Carrillo en el club siglo XXI. Esta acción provoca la dimisión de algunos dirigentes de Alianza Popular y ese giro al centro que parecía indispensable para conseguir más votos no tuvo su resultado en las elecciones de 1979, ya que los sectores franquistas del partido apostaron por el nuevo partido franquista Fuerza Nueva. Fraga estuvo a punto de presentar su dimisión por el mal resultado de las elecciones, sin embargo cambió de opinión y tenía la esperanza de hacer un partido de centro-derecha a imagen y semejanza de la mayoría de los partidos conservadores europeos.
Durante el golpe de estado de 1981 se enfrentó a los golpistas diciéndoles que disparasen contra él, que quería salir ya del Congreso y meses más tarde estuvo en una manifestación con Felipe González y Santiago Carrillo, en contra de ese golpe.

Con el hundimiento de la UCD, la coalición de Fraga consigue más de 100 diputados en las elecciones de 1982, lo que le permitía estar a la altura, ahora sí, de los partidos conservadores europeos. Sin embargo, en las elecciones de 1986 se consigue el mismo resultado, y Fraga, consciente de que había conseguido su techo electoral (sólo obtenía el 25% de los votos), dimitió y nombró a Hernández Mancha como nuevo presidente de Alianza Popular. Entre 1987 y 1989 fue eurodiputado y volvió para dirigir un partido que con Hernández Mancha no funcionaba como tenía que funcionar, de modo que esta vez nombró a José María Aznar como presidente del partido y así acabar con la refundación del partido y convertirlo en un partido que aglutinara todo el centro-derecha, cosa que se consiguió.
En 1990 se presentó para la presidencia de Galicia y estuvo como presidente hasta 2005, únicas elecciones donde no obtuvo mayoría absoluta, en parte por el episodio del 'prestige'. Después de esto, estuvo en el Senado hasta su retirada política en 2011.

Como ven ustedes, una vida dedicada totalmente a la política. Sigamos:

Manuel Fraga jamás se arrepintió por pertenecer a un gobierno autoritario, él nunca reconoció obligación alguna de retractarse por su participación en el franquismo, escudándose en que no participó en la guerra civil, y que cuando se incorporó al régimen, siempre defendió el aperturismo. Él se encontró con que para hacer política "había que hacerla desde dentro y procurando mejorar las cosas".
Siempre sintió admiración por el sistema inglés, que como ya he dicho antes, intentó importar a España. ¿Qué es lo que vió Fraga en este sistema? Seguramente el derecho de la continuidad y los beneficios de la tradición y la reforma. Esto también es lo que vería Cánovas del Castillo en el siglo XIX o Burke en el siglo XVIII como respuesta a la revolución francesa. Fraga tenía una gran admiración por Antonio Maura y su intención de crear mancomunidades provinciales como salida al problema regional. Para Fraga, su primera intención era esa, que las diputaciones provinciales se unieran y formaran una mancomunidad, hecho que sólo sucedió con la Mancomunidad de Cataluña. Más tarde, se dio cuenta de que eso no era posible y defendió la Constitución, junto a los estatutos de autonomía.
Fraga llamaba centro a una forma de expresión de la derecha, es decir, quería evitar radicalismos. Obviamente, no era el centro que representaba la UCD, ya que Fraga era un conservador puro, si bien siempre quiso que su partido estuviera más próximo al centro. Pero en sus esfuerzos por crear ese partido surgieron algunos errores: primero, para llegar a ser un partido de centro, hay que irse hacia al centro, cosa que Fraga no hizo, se acercó pero no lo consiguió, él representaba a la derecha (los votos de AP) y jamás podría ser considerado como hombre de centro; segundo por crear un partido lleno de ex-ministros franquistas y muy próximos al franquismo y que no estaban dispuestos a hacer lo que Fraga deseaba. La prueba está en que algunos diputados de AP votaron en contra de la Constitución y suerte que fue Fraga el representante de AP en la ponencia de la Constitución, ya que evitó que fuera alguno de sus diputados más extremistas  y también porque con Fraga en la ponencia, la derecha estaba totalmente representada; y tercero su pasado franquista, que siempre le ha pesado durante toda su carrera política.
Al final, Fraga consiguió que su partido absorbiera todo el centro-derecha y lograr así lo que él llamaba la "mayoría natural", si bien al principio de la transición, su idea era representar el "franquismo sociológico".
Quizás a algunos les sorprenda, pero Fraga se llevaba muy bien con Fidel Castro, hasta que un día se reunieron y Fraga le dijo a Fidel las reformas que tenía que hacer para que Cuba se convertiese poco a poco en una democracia. No se hablaron más.
Veamos algunas frases de Manuel Fraga:
Sobre Franco: "Un gran hombre" y "el mayor y más representativo de los españoles del siglo XX" y "uno de los mayores gobernantes que hemos tenido en nuestra historia" y que "permaneció demasiado tiempo en el poder".
"La legalización del Partido Comunista es un verdadero golpe de Estado".
Sobre los matrimonios gays: "Eso no es un matrimonio, podrá ser una unión de hecho. A mi me parece que las personas que nacen así tienen derecho a un reconocimiento, pero matrimonio por definición es que pueda haber una madre". "Eso no es un matrimonio, es otra cosa, respetable, pero otra cosa".
"Toda mi vida he dicho verdades sin condón y pienso morirme sin ponerme uno", dijo Fraga tras conocer la postura del Vaticano contraria al uso del preservativo
Su postura ante el franquismo y ante los comunistas y nacionalistas vascos y catalanes le pasó factura. Si bien Carrillo ha dicho que era un hombre que "supo adaptarse", mientras que Duran i Lleida y Miquel Roca y los dirigentes del PSOE han dicho que Fraga fue un hombre clave en la transición. Por el contrario, IU-ICV y ERC han recordado su pasado franquista y Joan Coscubiela ha dicho que si por él fuera, ni transición, ni legalización del PCE-PSUC, ni autonomías.
Por último, a pesar de que Fraga era conservador, dijo que Gallardón sería un buen dirigente para captar el voto progresista.
Esta es la vida de Manuel Fraga, un hombre conservador, un hombre de estado, profundamente gallego y con un único sueño no realizado: ser presidente de España.
Vídeo explicativo sobre la vida de Manuel Fraga: http://www.youtube.com/watch?v=bueT7F_eq9A